Estaba oscuro, solo la luz iluminaba mi cuarto, el resto de la casa estaba oscuro. Ahora que lo pienso estaba mas oscura que otras noches, estaba en mi silla de frente a mi computador, mientras detrás de mi estaba un viejo espejo.
Recuerdo que fui aficionado a las historias para no dormir, amante de los cementerios, de la ouija, de los juegos demoníacos...
Podríamos decir que era un espiritista o un completo loco, mis juegos involucraban los pactos de sangre, el vender mi alma al diablo, mas estos juegos jamas se pueden tomar a la ligera, es una lastima que lo supe muy tarde...
Una noche, mientras estaba escribiendo mis historias, hablaba con mis amigos, una extraña sombra apareció en ese espejo, fue algo fugaz, no lo pude creer, mire y mire, pero no supe que pudo ser.
No le preste mucha atencion, seguí en mi trabajo, mas esa impresión de que alguien te observa en las noches era mas grande que lo que estaba escribiendo, tuve que dejar mi trabajo para irme a dormir, tal vez asi podía despejar mi mente, pero esa noche, una pesadilla me despertó a media noche, en aquel sueño pude ver aquel espejo, pude ver una figura, grande y espectral, al instante de despertar, ese espejo maldito se movía por si solo.
No tuve mas remedio que quitarlo, no tuve mas remedio que dejarlo con una manta blanca y guardarlo detrás de mi armario, pero eso no es suficiente cuando abres las puertas del infierno, no es suficiente cuando dejas salir a los demonios...
Las noches pasaban, sonidos extraños se escuchaban, rasguños, pequeños golpes, uno que otro murmullo en las sombras...
Esas noches para mi fueron interminables, terapias al psicólogo exorcismos, rezos, hice lo posible y lo imposible, mas eso no basto...
Una noche, mientras dormía un ruido detrás de mi armario me hizo abrir los ojos, al ver habia una nota pegada a la manta, la cual decía:
"Extrañamos Verte. Extrañamos jugar contigo en noches como esta"
Nunca mas volví a cerrar los ojos, nunca mas fui el mismo...
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