Esta no es una historia de reflexión, esta no es una
historia para llorar, más bien es una historia para comprender, para recibir,
aunque sea oscura tiene como fin saber que la vida no es un simple juego no es
un momento pasajero
Rachel una joven de tan solo 21 años, paso toda su niñez adoptando el perfil que sus padres as
idearan, una mujer totalmente reservada a sus pensamientos, desafortunadamente,
aquellos padres solo esperaban que fuera una mujer de su casa que jamás saliera,
que fuera la imagen de una monja de convento.
Pero como es costumbre y como es sabido por muchos, entre
mas prohíbas a tus hijos ellos serán la imagen que por tantos años le
prohibiste ser, Rachel lo sabia pero en su interior deseaba aquella libertad que
jamás pudo tener, durante sus primeros años, vivía con el temor de enojar a su
madre, ya que ella era en extremo violenta, mucho menos podía hacer enojar a su
padre, el resultaba ser más violento que su madre, su estudio era ejemplar, sacaba las mejores notas, los
primeros puestos, era una gran niña, pero al crecer también lo hacia su
mente, en su interior deseaba saber que era tener un novio, saber que es estar
enamorada, pero entre mas lo deseaba su madre estaba dispuesta a cortar esas
ilusiones con palabras tales como:
“si haces esto te castigo” “Si sales serás una vagabunda”
“Si te vas deberás vivir bajo un puente” incluso “Si lo haces te tomaran como prostituta”
Aquellas palabras tenían en “Control” a Rachel, o por lo menos eso creía esta
señora tan drástica.
El tiempo pasa Rachel con 16 años tuvo ms de un novio, nada
serio o drástico, mas en ella el deseo era grande, prefería correr el riesgo,
mantener todo en secreto para así no supieran nada sus terribles y déspotas
padres, Cumplidos sus 17 años, estando en su instituto conoce a quien cree
seria el hombre de su vida, un joven de 19 años, un rebelde sin causa, al
principio a ella no lo atrae este hombre, pero al cabo de un tiempo su
atracción por él se hizo fuerte…
Tanto fue el deseo que la vida parecía ser corta a su lado,
la vida sonreía, el sol brillaba, todo era tan increíble que nada parecía tener
fin, Rachel no sabía que la vida le daría un terrible giro al conocer la
verdadera vida. Este joven al cual dio la vida con el cual pasaron dos largos
años de aventuras y desventuras, de lagrimas y alegrías, pronto le mostraría la
crueldad, le mostraría el vacio del alma al no saber qué camino tomar…
Una traición ocurrió en aquella relación, una traición la
cual no tuvo comparación, aquella traición la transporto a un mundo sombrío
lleno de frialdad, aunque su corazón latía y en su interior aun espera el día de abrazarlo otra
vez Rachel dejo a su lado su convicción,
dejo a un lado toda cordura. Después de aquella decepción abrió su corazón a un ser el cual lo único que pretendía era comportarse
como un hombre machista, con pocos detalles buenos, en un encuentro amoroso,
Rachel se deja caer ante la oscura tentación que es como rosa punzando su
espina, como un clavo clavándose en la palma de Cristo, se envuelven en una
llama de amor intenso, un amor sin sentido, un amor fingido… Rachel no sabe que
su vida daría un nuevo giro, ya que los días pasaron, mas en su interior crecía
un niño, crecía un ser que le daría felicidad a su vida, mas el destino es sabio,
sabe cómo manejar asuntos como este, mientras Rachel dormía un sueño revelador
viene a ella, la figura de un bebe se vislumbra a lo lejos de su sueño, aquella
figura extraña pero familiar, replica a Rachel, “No temas, yo estaré
vigilándote desde el cielo como tu más bello ángel” “No temas, porque cada
noche te veré y tu a mi” Rachel asustada
pronto despierta, y con lagrimas en sus ojos espera lo peor, los días pasa, mas ella se siente normal.
En un segundo sueño, aquella figura aparece de nuevo, pero esta
vez Rachel decide hablar, en su sueño pregunta por el nombre de aquella figura,
“Dime ¿Quién eres?” y la figura así mismo responde…
“Yo puedo ser
Santiago, yo puedo ser Valentina”” eso solo lo sabes tú, ya que no
pertenezco a este mundo, mi padre tiene otro nombre para mi” Rachel despierta
rápidamente comprende que aquella figura era su hijo o hija, la cual le decía
que algo malo pasaría, como era de suponerse, las malas noticias no se
hicieron esperar, Rachel estaba
embarazada, pero lastimosamente pierde a su criatura, una hemorragia interna le
provoca un aborto espontaneo. Rachel llena de lágrimas en sus ojos, no lo podía
creer, perdió al amor de su vida, no habia nada que se pudiera hacer. Más en su
recuerdo quedan aquellas palabras de su dulce ángel
“No temas, yo estaré vigilándote desde el cielo como tu más
bello ángel” “No temas, porque cada noche te veré y tu a mi”
Aquellas palabras ahora llenan de calma a su alma, ya que
sabe que por más triste que sea su vida, por más obstáculos que hallan, en el
cielo la espera un dulce ángel, el cual no vino a este mundo, pero si le hizo
una promesa la cual durara toda la eternidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario