Sigo caminando
bajo el valle de las sombras fumando el dulce cáncer...
Fumando el dolor en mi ser, fumando la melancolía, fumando mi propio ser.
He caminado lo suficiente y la vida no es la misma, ya nada sabe igual, ya nada es igual ni nada es lo mismo. Desde el fondo de mi interior, las sombras han tomado posesión de mi, camino bajo las calles inseguras de los hombres esperando que uno ponga fin a mis deseos y metas fracasadas...
Tres veces intente emprender el vuelo con ilusión y esperanza, mas tres veces he caído, es como si tuviera una maldición "lo que hago no tiene fundamento, tienen un inicio, mas no tienen un final" Mis lagrimas brotan sin parar, mi melancolía sube y sube cada vez mas...
He caminado ya lo bastante como para saber que ya nada tiene sentido y que pronto sera mi final.
Encuentro a alguien un ser despiadado que ha enfrentado a la muerte, quiere tomar posesión de mi, que le entregue mis pertenencias juveniles, mas yo con dolor, con melancólica, se lo entrego sin pensar, mas un ultimo favor le imploro...
Un solo tajo de su arma blanca un solo tajo para que ponga un fin inesperado a un alma atormentada por el vació y el desespero, aquel ente maligno opta por un "Si" de ante mano con un vació en lo profundo de mi corazón un puñado de saliva, una resignación total, caigo sin parar...
Con el ultimo suspiro de mi alma y un susurro gentil... Digo "Gracias" y mientras caigo al suelo, con mis manos hechas vendajes, con mi mirada al vació posadas en sus pies que se alejan suavemente, veo toda mi vida todo mi ser...
Con la tinta roja de un guerrero que dio buena batalla, mas todo lo perdió se despide del mundo con una lagrima en el corazón, se despide con una sonrisa...
Por que solo así terminara su sufrimiento y solo así sera libre de una tortura constante llamada fracaso.
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