miércoles, 1 de mayo de 2013

Un Relato Antes De Morir

Sé que a muchos de ustedes no les agradan las historias que relacione con salvar sus vidas o de apreciarlas, incluso de valorar al prójimo, pero sé que esta historia los dejara con algo que pensar, un motivo el cual se les dará un motivo más para dar gracias  a Dios, bueno si creen en él, para dar gracias por estar completos y sanos...

Como todas las historias empezare así...
Mi nombre es Juan, así es Juan como el apóstol mas cercano a Jesús, mas no se confundan jamás fui un religioso si no hasta el final de mis días, así como lo es toda persona que se enfrenta a la muerte. 
Mi historia comienza hace ya 10 años atrás, en aquel entonces tenía 25 años de edad, era un joven pero para la época ya era tomado como adulto, y yo lógicamente intentaba comportarme como uno, mas eso no fue así, ya que las fiestas, los amigos, el sexo, las drogas, el mundo entero juega con tus emociones haciendo que caigas. Pero no es cuestión de caer y quedarse allí, no, no, es cuestión de ponerse en pie de nuevo, hacer lo posible por seguir caminando y alejarte de todo aquello que es malo para ti o tus personas cercanas.

Viaje por partes del mundo, Estados Unidos, Reino Unido, Roma, Alemania, Argentina, Brasil. Y en todos estos lugares encontré placeres sabores, tenía un buen trabajo, comunicador social con énfasis en periodismo, así que este era mi boleto de conocer al mundo entero, y aparte de eso me pagaran por hacerlo, pero lo que me interesaba, no era mi trabajo, era la libertad que tenia, el alcohol que bebía, las drogas que consumía y las putas con quienes me acostaba a diario, todo eso era lo que yo quería y esperaba de los lugares a los cuales asistía, en tato seguía y seguía, los placeres de las mujeres no eran las mismas y probé que era estar con otro hombre. Aclaro todo, no soy gay, ya que jamás me intereso serlo, y no es porque tenga discriminación contra ellos, soy muy hombre aun que ahora no pueda estar con alguna, pero para aquella época no importaba nada  a la hora de sexo, drogas  y  buena música. 
Los días pasaban y yo seguía en mi lujuria en mis delirios, pero también con mi trabajo era cumplido con mis cosas la gente me adoraba, al cumplir dos años con la empresa de periodismo donde estaba, me dieron un trabajo de  campo debía estas mucho tiempo en ese lugar, un lugar conocido por su libertad frente a todas estas tendencias que  a muchos escandaliza. 

Ámsterdam para mí la ciudad lujuria, una ciudad tan pecaminosa y tan temible...
Aunque debo contradecirlo también ya que la mayoría de personas que han ido a este lugar jamás frecuentarían los sitios a los cuales yo fui y a los cuales les debo mis males...
Tenía que hacer un reportaje acerca de esto mismo la libertada que tiene este país frente a otros que si los tienen está en contra de la ley, lógicamente me dispuse a entrar a muchos sitios, sitios exclusivos para turistas, sitios para los ciudadanos, y para delincuentes. Estuve en varios lugares bebí varios tragos, consumí comida con droga, en fin todo al campo periodístico, solo  que de una manera diferente, al terminar mi trabajo, proseguí con mi vida, ya había terminado un trabajo que se suponía me  tomaría un par de meses.
A lo cual decidí pasarla bien durante esta estancia. Las noches eran interminables, los días pesados y duraderos, ya que la mayoría del tiempo la pasaba bebiendo y fumando, pero en las noches, las mujeres, los ácidos, éter, yerba, y demás droga no se hacían esperar, el sexo desenfrenado, pero muy limpio era todo lo que esperaba de esta ciudad, casi al terminar mi estancia, la empresa llamo para saber que tal iba mi trabajo,   lógicamente respondí positivamente y con mucha satisfacción. Era hora de volver a casa, pero antes la última fiesta de despedida de aquel lugar, fui al lugar más bajo y pútrido que pudiera existir en este lugar, un bar club donde no existían reglas, podías hacer lo que bien quisieras, y bueno eso era luz verde para mi nuevamente me hundí en las drogas el alcohol y el sexo, pero lo curioso de esa noche es que no quise estar con mucha gente, pero a mi sitio llego una pareja que venían de los Estados Unidos. Aquella pareja era particular ya que deseaban tener nuevas experiencias, entre ellas un trió...

Me preguntaron si les molestaba esto, mi respuesta fue negativa. No me importaba, por el contrario me gustaba, incluso pensé "cerrar la noche con broche de oro con algo así" "seria interesante" estuvimos en el calor de la lujuria, el sudor y las  diferentes pieles y orificios...
Así paso esa noche loca, como era particularmente las mías. A la mañana siguiente, no había nadie, solo había una nota de aquella pareja, la cual tenía cosas extrañas.

"Perdón por no despertarte, nuestro vuelo salía temprano, perdón por lo que paso, no tomes rencor con el mundo, y que esta experiencia te abra los ojos a lo que es el mundo en realidad".

Algo bastante extraño, a lo cual no entendí bien, igual no importaba debía seguir mi camino, tome mi vuelo regrese a mi país entregue mi trabajo, mas la gente me miraba raro, en casa, en la trabajo, en la calle, no sabía  por que era como si tuviera algo en la cara, incluso recuerdo que un amigo me dijo, "Te vez enfermo" "¿ Estás bien?" eso me perturbo un poco, que me abría pasado, me siento muy bien, mas cuando me acerque a un espejo de la oficina, note que estaba muy pálido, pensé que podría ser cansancio, la fiesta, mucho alcohol, las drogas aparte de eso el sexo que tuve, me debieron dejar cansado, esa noche dormí en mi casa plácidamente, pero a la vez pensaba en aquella nota...
Era extraño, no le di más vueltas al asunto y me dormí, a la mañana siguiente me desperté más fresco más tranquilo, solo era cansancio o inicios de una gripe, nada más...
Salí a mi trabajo como era costumbre, al llegar a él las personas me felicitaron me abrazaron y me dijeron que mi trabajo había causado conmoción en la parte interna del lugar, que no se imaginaban lo que pudiera pasar cuando saliera a la luz...
Esa noche fuimos a celebrar, tomamos unas copas, fue algo tranquilo, mientras yo estaba bailando con una de mis compañeras, algo extraño sucedió, un terrible mareo me invadió, caí al suelo, todo parecía volar como si me desvaneciera, al instante quede inconsciente.

Desperté, no sé cuantas horas habrán pasado, pero a mi lado estaba una enfermera, me senté y le pregunte que me había pasado, ella tomo la tableta que ponen en las camas. Me miro  y me dijo tranquilo, ya veremos qué es lo que tienes llamare al doctor.
Eso me asusto de una manera increíble, ¿Que pudo haber sido? ¿Era así de grave que ni la enfermera sabe qué es?
Al cabo de unos cuantos minutos apareció el doctor, un señor alto, blanco de bigote y gafas, me dijo con palabras frías y duras, "Tome todo con calma señor" "Por favor cuando le diga lo que ocurre, trate de controlarse"
Mi cara se transformo de un leve susto a horror, ya que no sabía que estaba pasando.
El doctor puso su mano en mi hombro y me dijo casi susurrando "Usted tiene SIDA"
Mi mundo se desborono, mi alma cayó a un vacio profundo sin salida, como era posible de que me hubiera pasado esto a mí, me pregunte una y otra vez el ¿Por qué a mí?  Saber cuando fuiste infectado es imposible, pero si puedes calcular el momento, peor mi mente estaba perdida destrozada como bien dije antes, ¿Cuando puedo irme? pregunte casi sin voz, aquel doctor me dijo que tendrían que hacer unos exámenes de confirmación y podía irme, pasaron dos días salí de aquel hospital.

Destrozado, desconsolado, sin poder llorar, camine hasta mi casa, el teléfono sonaba, no quise contestar, deje luego el contestador automático con mi voz del típico "Deje su mensaje" seguido de su pitido. 
Era mi jefe, diciendo lamentaba lo sucedido, pero que no podía hacer mucho por mí, también dijo que lo perdonara peor no podía tener a una persona así en la compañía, eso le daría una mala imagen, se despidió diciendo que mi último pago lo llevarían a mi casa, mas una ligera contribución por tiempo y trabajo...
Ya no tenía mundo, sin salud, sin trabajo, mi vida había quedado en ceros, y de repente, recordé esa nota, habían sido ellos, ellos me habían infectado de ese maldito virus.
Con ira en mi ser, decidí buscarlos pero no tenia pista alguna de su paradero solo sabía que Vivian en los estados unidos, era imposible ir a ese lugar. 
Frustrado, con ira en mi ser y con un virus en mi cuerpo, hice lo que muchos harían... aplicar una filosofía barata y vil.
"El mundo me hizo esto, ahora me vengare del mundo".
Tome un viejo antifaz negro, una gabardina de mis años en el teatro, unas jeringas, salí a la calle a cometer mis brutales pensamientos.

Me escondí entre las sombras para infectar todo aquel que pasara, hombre, mujer niño o niña, recuerdo que las personas se sentaban muchas me denunciaron al saber lo que las había hecho, tome varias modalidades, en las sombras, caminando y pincharlos, en las fiestas cuando salían borrachos o drogados, incluso engañe a muchas mujeres y hombres para acostarme con ellos e infectarlos, lógicamente mantenía mi anonimato.
Mi ira era tal que deseaba que todos tuvieran mi mal, en 5 años infecte  a tantos como pude, pero estos últimos meses, en los cuales mis defensas han caído, he pensado...
Lo que hice estuvo demasiado mal, siempre me pregunte le porque me había pasado a mí eso, pero jamás vi la respuesta teniéndola al frente mío, me había pasado a mí, pero porque fui descuidado, y busque la mejor vida llena de desenfreno sexo, drogas y alcohol. 

Ahora debo soportar mis últimos momentos cargando no solo mi cruz y mis pecados, si no el de muchos más, ya que fui yo quien mato  a esas personas, quien las condeno a un mundo lleno de sombras y penurias, solo porque mi ira me cegó, es por eso que ahora postrado en esta cama sin nadie quien me auxilie, sin ningún amigo o familiar, a ti  lector o lectora te pido mil disculpas por este comportamiento, por lo que hice y por el mal causado, es la hora de pagar mi pecado, de ver a aquella pareja que me infecto en el infierno, mas aquellas que yo infecte por ira, espero que aquel Dios bueno y misericordioso sepa perdonarlos, porque fui yo quien los mato...
Sé que jamás seré de su agrado, pero desde lo más profundo de mi corazón...
Lo siento.
Adiós....  



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