¿Alguna vez has sentido que vives algo que parece un sueño o que un sueño parece una realidad?...
"Laberintos mentales, no son mas que las fragancias de las rosas marchitas en nuestras manos al juntar las almas de un ser repudiado y nombrado por todos..
Un ser que es Dios pero a la vez es humano, humanos que son solo muestras de la decadencia de la vida en cada palabra y susurro al viento deleitandose en el amor que es pasajero como los días y las noches.
Como nombro un sabio poeta de las viejas épocas de antaño "Es tan corto el amor, pero tan largo el olvido" Un olvido que se hace punzante en cada instante que te acuerdas el amor fallido, pero mas agonizante es recordar que esperas por algo que carece de sentido, solo por querer diversión incluso un simple amor de verano, aquellas personas son las que verdaderamente causan repugnancia con tal solo hablar"...
Esas eran las palabras nombradas por un escritor ingles, cuyo libro traducido al continente latino hacia desorbitar a mas de una persona por su odio y resentimiento en cada palabra dicha, parecía blasfemia en su estado mas puro, se podía ver reflejado el odio.
Odio al amor, odio a Dios, odio a la humanidad, odio a todo. Pero ese odio era lo que hacia enamorarse de un libro como ese, nadie era capaz de decir algo como eso y menos a miles de personas en el mundo...
En ese instante estaba por dormitar en mis pensamientos vacíos. Me sentía identificado con el libro ya que soy de una de las tantas personas que espera por un amor, sin saber si es verdad o si no, sin saber si esa persona que te juro amor eterno no estará teniendo el mismo sexo con esa persona así como lo tuviste tu con ella o el en diferentes géneros seas quien seas...
Mientras se cerraban mis ojos lo único que pude observar mientras estaba en aquel transporte rojo de ventanas enormes fue a una pareja dándose un apasionado beso, era una pareja joven, se les notaba el amor.
Recuerdo ese sentimiento, es mas aun puedo sentirlo así hubiesen pasado dos meses de no estar a su lado...
La expresión de mi rostro no fue mas que la del desprecio ya que yo no estaba en su lugar o incluso no estaba en el mismo lugar de ellos, por el contrario estaba solo, triste, desolado y sin ánimos del por que decir "Te Amo"...
-Es una mierda-
-Disculpe- - Si, el amor, es una verdadera mierda-
Aquella voz... Era una voz suave femenina, pero se podía sentir ternura en ella.
Cuando mire a mi lado, era una chica, estaba vestida de negro, su cabello de igual manera era como una noche sin estrellas ni luna, solo dos rayos de su cabello eran de color rojo sangre, el segundo color mas hermoso en mi opinión...
Mi voz era vaga y distante pero pude afirmar lo que ella decía, en verdad todo eso era una mierda.
Nuestras palabras en adelante se cruzaron mas de lo que se debía cruzar, mi viaje duro una hora en total, pero en esa hora hablamos de todo lo referente al amor y desamor, no se por que pero sentía que ya la conocía, su nombre según escuche era Carolina, un lindo nombre, para una chica como ella, su ropa negra, su rostro blanco, sus labios delgados rojizos, sus ojos castaños, y sus dientes perfectamente alineados tan blancos como las perlas, era sin duda la mujer de mis sueños...
Sus ideas era como las mías, nuestros gustos casi iguales, incluso nuestros gustos musicales eran similares, era algo increíble, me sentía tan feliz, tan tranquilo, no podía creerlo, incluso había perdido la sensación de desolación que recorría mi mente aquella mañana.
Pero algo paso, justo en ese instante, un amigo que estaba en el fondo de aquel transporte escucho mis risas, hacia mucho que el no me veía, lo que hizo fue buscarme, Carolina impaciente dijo que había llegado a su destino. Mis ojos desorbitados y mi mente envuelta en una especie de shock extraño, solo la vio marcharse, quería un numero o donde poderla encontrar, mis labios no pudieron decir nada, solo mis ojos al verla despidiéndose, mientras los míos decían "no te vallas quédate" pero fue imposible...
Cuando mi amigo llego desperté, es como si hubiera estado en un sueño profundo, era extraño, le pregunte a mi amigo si había visto a aquella mujer, mi amigo con sus ojos extrañados me miraba como si se preguntara si estaba cuerdo o finalmente se me había "zafado un tornillo" el con su voz inexpresiva y preocupada me dijo que yo estaba solo, me había visto y escuchado desde el fondo del transporte, pero que yo en realidad hablaba y reía solo...
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