Diría que esta historia es como cualquier otra, de alguna persona aficionada a la comida que se atraganta con un trozo de pavo.
Pero no, no es así empieza con una dulce, amable y amplia señora llamada Agatha, esta señora se conocía por tener un amplio corazón con aquellos visitantes de la calle..
"Se preguntaran ¿Por que es amable con ellos?"
La razón es simple, solo quería librarlos de esta terrible vida alejarlos de su agonía ella les daba un nuevo sentido a sus vidas.
La señora Agatha tenia cierta popularidad esto era a causa de su tienda de pasteles, la cual sin dudar era una de las mejores de la provincia, incluso años atrás había ganado en concurso de comida en una de las ferias estatales..
En aquel lugar un joven comía todos los días sin falta, su nombre era Steve, día tras día comía sin parar, 1,2,3 asta 7 pasteles, pero lo que Steve no sabia era el ingrediente secreto de la señora Agatha. Nadie se preguntaba por todas esas personas desaparecidas, lógicamente eran indigentes nadie los extrañaría.
Mucho menos los buscarían así que ella les proporcionaba esa paz tan esperada, con ellos ya muertos serian un platillo delicioso, así como muchos lo pensaban, entre ellos Steve...
Steve y la señora Agatha pasaban horas conversando, mientras ella veía con agrado que aquel joven ganaba unos cuantos kilos, entre su oscuro y macabro pensamiento decía
"Este chico seria delicioso" "Su piel no se ve tan dura, tiene mas carne que esos vagos de la calle".
Pero como podría ella acabar su vida sin que sospecharan, Steve era estudiante de biología sus notas eran excelente, debido a que tenia unos padres muy estrictos, la señora Agatha pensaba y pensaba asta que una idea le daría eso que había querido, mientras Steve tomaba un pastel de su vitrina, tomo su volante de notas, lo arrojo al fuego del horno, Steve confiado de tener sus notas en su maleta comió su pastel con placer y deleite, luego de unos minutos decide irse para su casa para darles a sus padres las notas de sus estudios.
Al llegar a su casa pero sin tener sus notas, sus padres creyeron que mentía a ese pobre joven lo golpearon asta quedar exhaustos el joven encerrado en su cuarto y después de ver como eran aquellas personas llamadas padres, decide escaparse para así poder desahogarse con la señora Agatha.
Cuando el llega, ella sabe que tiene una sola oportunidad...
La señora Agatha lo consuela y le dice "Te enseñare como hago mis pasteles en el sótano, así despejaras tu mente"
Así es como lo lleva al sótano tomo un somnífero lo dejo dormido, para luego tomar un cuchillo y como si se tratara de un cerdo cualquiera lo clava en su garganta.
Su muerte fue casi instantánea.
Pero eso ya no importaba, tendría mucha carne, mucho dinero, y lo mas importante clientes.
Los cuales se deleitaban con comer sus delicias culinarias, los días pasaron, lógicamente los padres de Steve no se quedarían con los brazos cruzados sin buscarlo, la policía llega al hogar de la señora Agatha.
A simple vista no había ningún rastro de alguna masacre, pero por desgracia para ella, los perros sabuesos no mentían, debajo de la madera, de la tierra del sótano, cubierto con bolsas estaba la cabeza putrefacta de Steve.
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