Lujuria...
Uno de los pecados
más fuertes y mas difíciles de evitar sin duda alguna es la lujuria, muchos lo
sabemos pero pocos callamos esa voz lujuriosa que nos arrastra a ese placer tan
grande como lo es el sexo...
Eso lo sabe muy
bien la mujer de esta historia, ella se llama Lizz, era bastante hermosa, llena
de vitalidad llena de amor, pero ese amor no era para su familia si no para
todos...
Lizz cuando era
una niña muy de su casa, callada e introvertida, una verdadera niña la cual
todos pensaron que llegaría a ser una gran mujer...
Pero
desafortunadamente no fue así, en esta época sin moral, en donde
cualquier persona que se cree con el derecho de hacer lo que quiera sin que
nadie le diga algo, algunos hombres se toman atribuciones se convierten en
animales depravador o predadores sexuales.
El padrastro de Lizz era un hombre dedicado a beber todo el
tiempo, sus ojos se tornaron a la pequeña Lizz quien ya tenia 14 años, se había
convertido en una joven muy hermosa, de cabello largo lacio de color negro,
tenia una esbelta figura como de toda niña, sus ojos eran verdes claros era un
color bastante curioso, daban esa confianza como a la vez producían miedo con
tan solo verlos de repente.
Aquel hombre en un desenfreno de alcohol tomo a su hijastra, la
abuso la toco, la beso, para así finalmente violarla, incluso la torturo después
de su acto vil y bajo.
Luego fue amenazada, si decía algo ella moriría, pero no solo ella
si no también su madre, Lizz tuvo que callar y permitir que aquel hombre
hiciera con ella lo que quería cuantas veces fuera necesario…
Paso un tiempo Lizz creció, mas en su corazón tenia ese
resentimiento frete a todos los hombres, no quería saber nada de ninguno de
ellos, decidió irse de su casa decidió hacer su propia vida sin importar el
costo.
Mas el destino o Dios obran de manera misteriosa, y a veces la
misma vida incluso el mismo Dios permite que pasen estas circunstancias para
enseñarnos que es la vida…
Lizz no pudo pagar su carrera, no pudo hacer nada cuando salió de
su casa, incluso había salido de su tierra natal, estaba muy lejos, el dinero
no alcanzo para cumplir todas sus metas, no pudo conseguir un trabajo que le
pudiera ayudar con sus sueños, no tuvo más remedio mas que rebajarse a ser una
mujer del bajo mundo, tuvo que dejar que los hombres hicieran con ella lo que
quisieran, revivir esos momentos amargos con su padrastro una y otra vez pero
con hombres de todas clases…
Fue tanto así que Lizz termino siendo una ninfómana, ya no le
importaba nada ni sus sueños ni su vida, solo quería dejarse rendir a sus bajos
placeres, ya que su amargura era mas grande que cualquier otro sentimiento, su única
salida era tener sexo con cuantos quiera sin importar nada mas.
En tanto su vida se consumía más y mas en la desesperación, no
tardo mucho en caer en la drogadicción, fumaba, inhalaba, incluso inyectaba,
para sentirse viva.
Una noche mientras se encontraba en su mundo de sexo, drogas, y
rock and roll, Lizz se encuentra con tres hombres los cuales hicieron una y
otra vez lo que quisieron, toda la noche todas las veces que pudieran…
A la mañana siguiente Lizz se siente algo mal, no sabe que ha
pasado pero pese a que se sentía mal no decide prestar atención a sus síntomas,
sigue con su vida como si nada hubiera pasado, pero pasan los días, cada vez
mas se siente peor que el día anterior, tenia mareo se sentía con desaliento,
incluso sus defensas habían bajado ya que cada semana tenia gripe pero rápidamente
se aliviaba.
Sin mas remedio decide ir a un medico, quien le diagnostica SIDA…
Lizz asustada sin saber que poder hacer, se quedaría de nuevo sin
un trabajo ya que si sabían que tenia SIDA jamás estarían con ella, Lizz en su
desespero decide cortarse la vida una y otra vez, cortándose sus muñecas, tomando
veneno, pero lo único que consigue es acortar su vida cada vez mas…
La oz de la muerte ya estaba en camino y ella no tenia salida más
que tener una muerta agónica , cruel y despiadada, pasaron unos años, aquella
niña introvertida callada y tierna, aquella joven de 14 años de cabello lacio
de color negro, quien asta ahora se convertía en una mujer.
Era hoy un manojo de huesos, de mal aspecto casi sin pelo,
carcomida completamente por la enfermedad que corría por sus venas…
Delgada como una anoréxica, tirada en la calle pidiendo un poco de
limosna a quienes pasan por una vía principal de la cuidad en donde vive, con
las calles llenas de humedad y mal olor, así se despide la pequeña Lizz.
Con su mano extendida pidiendo por ayuda, pero sin nadie que le de
una pobre luz de esperanza…
Así es la lujuria, Sensual, Excitante, Adictiva…
Pero con un final amargo, un final lleno de dolor…
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